miércoles, 10 de octubre de 2007

La Gazzetta Psicologica Nº VII "La Psicoliada"

“Canta, Oh diosa, la cólera del Psicólogo Argentino, cólera funesta que desató infinitos males sobre los arquitectos.”
Así empieza esta reedición de la Gazzetta que -por hoy- mutará su nombre a Psicolíada –merced a la épica victoria conseguida ante los arquitectos-

Cuentanos, Musa, la historia de un grupo de hombres de muchos senderos
Que anduvieron errantes muy mucho tiempo,
Que vieron muchos años el interfacultades desde afuera
Y que con esfuerzo armar un equipo consiguieron.
Mas ellos mismos, fueron quienes construyeron
Ladrillo a ladrillo este presente de sueños.

Diosa, hija de Zeus, también a nosotros,
Cuéntanos algún pasaje de estos sucesos.

¡¡Así es señores!! En una noche lluviosa, con una cancha cuasi imposible, y con una actitud única, una motivación impresionante, así han disputado nuestros psicólogos el partido más emocionante de la corta historia de Psicología en este campeonato. Durante toda la jornada sobrevolaba una duda que carcomía las entrañas de nuestro equipo “¿se jugará?”. Y entre ellos mismos se fue develando la cuestión “llamé y me dijeron que sí”, “¿con esta lluvia? ¿Estas seguro?”, “Si sigue así, seguro se juega”, “Se suspende en cancha”, “No importa, vamos igual” fueron algunas de las frases que se escucharon en los celulares, que se vieron en los mensajes de texto, y que se leyeron en el chat. Dicho y hecho, los muchachos se juntaron -temprano esta vez- en el complejo deportivo de ciudad universitaria. Al pasar por el bar, las camareras y amigas de los gladiadores les batieron la posta “me dijeron los de Arquitectura que hoy se los van a coger”. Es cierto, la frase fue un tanto vulgar, pero en el ambiente del fútbol sabemos que no abundan los buenos modos, ni las palabras refinadas. Este comentario no hizo sino avivar el fuego interior de los psi e incrementar las ganas de pisarle la cabeza a los arquitectos. De a poco iban llegando los gladiadores, pero ya había algo especial en este match, por segunda vez iban a contar con un arquero de profesión; se trataba del señor Gastón, un amigo del uruguayo. Los minutos iban pasando, las luces del estadio ya estaban encendidas, y ahí estaban nuestros leones –media hora antes- entrenando al arquero, haciendo movimientos precompetitivos, y esperando al siempre retrasado Luchinho. Los equipos se iban completando de uno y otro lado, y el árbitro llamaba a los capitanes al sorteo. Con tacto, Juan consiguió que el árbitro nos diera unos minutos más mientras esperábamos ansiosamente al central. En ese ínterin el único DT presente se encargó de la charla técnica, e hizo especial hincapié en el aspecto emocional, “vamos a meter con todo, mucha marca, mucho quite, vamos a matarnos en la cancha” exclamó el central oriental. Luchito seguía sin aparecer, la cosa se hizo insostenible, y el árbitro dio el pitazo inicial sin que psico completara los once titulares.
Psico salio a la cancha con la siguiente alineación: Gastón en el arco, Nasif, Menéndez, Limone (llegó cuatro minutos después de comenzado el encuentro), García; Banegas, Rodríguez, Pruiti, Freiría; Halfón y Sztejfman. La cancha estaba muy mojada, ya de por si es una cancha pesada, pero con la lluvia y los charcos, comía piernas como loca. A este factor hay que sumarle el agua que se acumulaba en las botas de nuestros titanes, que a cada paso sumaban 120 gramos. El partido se planteó como un clásico, los dos sabían que se la jugaban en este match. Arquitectura venía de una triunfo frente al CBC, y Psico venía cabizbajo tras la derrota 0-6 frente al puntero. Lo que se debatía en este encuentro era quien era el último que entraba en el reclasificatorio, pero arquitectura corría con cierta ventaja, ya que tenía un punto más, y todavía le resta jugar contra odontología. Pero este era el partido clave, los dos lo habían entendido así; y el clima de finalísima se percibía en el aire. Ya lo habían calentado ellos en el bar cuando mandaron esa frase tan vulgar, guaranga y provocativa a través de las meseras. Varias bajas en el conjunto de Independencia dejaban a los dts y al equipo todo sin opción de cambio durante todo el encuentro. Aquellos jugadores a los que no les daba el físico para aguantar los ochenta, esta vez tendrían que aguantar; aquellos que no estaban acostumbrados a estar desde el minuto cero, esta vez deberían estarlo; aquellos que no estaban dispuestos a ir al piso, esta vez deberían hacerlo; aquellos que no estaban acostumbrados a correr cuando las piernas no dan más, esta vez deberían tirarse. ¡¡Y vaya si lo hicieron!! El partido se planteo cerrado, se preveían muchos errores debido al estado del campo, y al estado emocional de los jugadores. Entonces Psico apostó a eso, a cuidar lo suyo, y -sabiendo que no se podía desarrollar el juego al que nos tiene acostumbrados- trató de armarse bien en el fondo, y salir de contra cuando podía. Gastón aportó seguridad en el arco, y eso se transmitió a la defensa. El partido estuvo trabado en el medio, con mucha pierna fuerte, mucho roce, y un poco de fútbol. Arquitectura se hacia con la pelota, pero no conseguía profundizar sus ataques debido a la excelente labor que realizaban todos nuestros jugadores, presionando arriba y en el medio, y defendiendo en la ultima línea. Obviamente, el encuentro estuvo plagado de errores, producto del estado del campo de juego. De todas formas, los blanquigranas consiguieron armar algunas jugadas, triangulando la pelota. Los de arriba buscaban conectarse entre sí cuando tenían la pelota, y a su vez bajaban a dar una mano en la marca, y a buscar el cuero. Pero a los quince minutos, Hernán sintió una molestia en su pierna izquierda y el panorama para los de Independencia no era el óptimo. Mientras tanto, en el medio los muchachos mordían cuanto tobillo pasaba cerca, y abajo la vehemencia era el denominador común. Así fue que sobre los treinta del primero los arquitectos cometieron una falta a tres metros del círculo central; Banegas tomó la pelota y la mandó directo al área. Pelota mojada, rosca difícil, y presión de los delanteros fue un combo demasiado fuerte para el guardameta LeCorbussiano que no pudo contener el remate, dio rebote y se la dejó en bandeja al pichichi Psicológico Halfón, que en una pierna, la mando al fondo de las mallas. Uno a cero, y las caras de los arquitectos reflejaban la perplejidad que los invadía; ¡no podían creer estar perdiendo ante psicología! Los nervios comenzaban a apoderarse de ellos, y psico por un momento se contagió. Gastón desde el fondo no paraba de hablar ni un segundo, y eso ponía nerviosos a algunos jugadores. Las pocas jugadas que pudieron generar los arquitectos fueron contenidas por el nuevo guardameta sin ningún problema. Así se escurrieron los primeros cuarenta, y los blanquigranas se fueron a los vestuarios uno a cero arriba.
La llegada al banco fue letal, Halfón no podía más con su pierna, y los gestos de dolor en su rostro eran indisimulables. Las caras de cansancio eran muchas, pero la voluntad mueve montañas, y estos muchachos tenían una voluntad bárbara. Así fue que en la charla del entretiempo se tocó mucho el tema posicional (debido a las lesiones y el cansancio) y se hizo nuevamente hincapié en dejar todo en la cancha, y jugar con la desesperación del rival. Y así salieron a la cancha.
Los segundos cuarenta fueron tal cual lo pensaron los muchachos, arquitectura se venía con todo, pero sin fútbol… pero si vamos a comprar voluntad con voluntad, sepan disculparme, pero lo de psicología no tiene parangón. Estos once guerreros, estos once titanes, estos once gladiadores, estos once leones, pusieron todo lo que tenían (y lo que no también) en cada una de las pelotas que disputaron. Todos y cada uno de ellos dejó todo por defender a muerte esa ventaja. Pero el partido no terminaba ahí. Como les dije antes, los amarillos se venían con todo lo que tenían, pero era muy difícil jugar en esa cancha; por el estado del piso, y por los once leones que había enfrente. Entonces arquitectura con voluntad había logrado complicar la salida de psico. A los siete minutos de la segunda parte, García comenzó a renguear, y su cara me dijo todo en un segundo: “no doy más!” Entonces Freiría pasó a ocupar la posición de tres, y García pasó al medio. Pero no vaya a creer, mi querido lector, que en el medio no se corría; no cometa el error de pensar que allí se estaba más tranquilo, nada de eso señores. Javo metió y mordió todo lo que pudo, y un poco más; tal como lo hicieron todos sus compañeros. El cansancio avanzaba, y los locales habían metido cuatro cambios, sí señores! Sus camisetas estaban secas, sus medias pulcras, y sus espaldas no estaban empapadas con esa mezcla de sudor, caucho, y agua que tenían nuestros players. Y ellos están ahí aguantando los trapos, resistiendo cada una de las envestidas de los amarillos, firmes, con el pecho erguido, con cansancio sí, pero con una convicción total de que ese partido no lo perdían. El área que ocupara Gastón en el segundo tiempo era la más fea de las dos; había -a la salida de la misma- un charco gigante donde navegaban el oriental y Luchinho, y donde no se podía joder con la pelota (tal como diría Serrat). Y como no se podía jugar la sacaban, y arriba Luquitas corría y corría, de una lado al otro. Con correr de las agujas los nervios en el rival se acrecentaban, el cansancio en los nuestros también crecía, y Gastón desde el arco ya le agarraba la vuelta a la pelota y podía levantarla como para que Luquitas arriba se arregle. Pero Hernán no podía ayudarlo mucho, en cada pique el dolor parecía inmovilizarle su pierna izquierda y la ilusión de la contra se desvanecía. Otro que ayudaba en ataque era el Marine Banegas, con sus incansables corridas, pero ya no había tanta pierna como para dar una mano arriba. En la mitad de la cancha, Juan y Porno se mataban marcando y yendo al piso en cada oportunidad; psico estaba decidido a aguantarlo.
A eso de los veinticinco del segundo sale un pelotazo hacia mitad de cancha, y contra la línea izquierda del ataque psicológico la recibe Halfón, y no me preguntes con qué fuerza, con qué empuje, ni sé qué pasó con el dolor, pero el tipo se da vuelta y empieza a correr como si nada pasara y encara. Y le tiran encima estructuras uno, y el tipo con Le Sinthome lo gambetea y sigue; y lo cierran con diseño tres, y él pisa para adentro con Tótem y tabú y los deja pagando, y ya lleva recorridos como cuarenta metros y está pisando el área; lo acompañan El magico -sacándole alguna marca de encima- y Luquitas, que corrieron más de cuarenta y cinco metros para que Hernán tenga opciones de pase; y después de semejante corrida, y después de haber resuelto unos cuantos problemas en el camino, con toda su generosidad levanta la cabeza y lo ve a su compañero, que corrió a auxiliarlo, que fue hasta el área rival para que no tuviera que hacer todo él, para demostrarle que este es un equipo solidario, y el tipo le pone el pase milimétrico el punto del penal. Luquitas la para y se toma dos segundos para que, si algún arquitecto estaba distraído tenga tiempo de rotar la cabeza y ver cómo once leones venidos desde Independencia y Urquiza les hacen el segundo gol y los condenan a la derrota. Pase a la red de Luquitas, y esos quince Gladiadores, esos quince leones se funden en un abrazo fraternal e interminable; sí hermano, dije quince, y sí querés tratame de esquizoide, diagnosticame con el DSM IV o con el CIE 10, pero te juro que yo los vi: estaban en medio del tumulto de casacas blanquigranas, la número cinco del Conde, la seis de Mateo, y la siete de Facu.
Perplejos ellos, con sus camisetas secas, no podían dar crédito a lo que sus retinas registraban; psicología no sólo les ganaba, sino que les había metido dos papas. Sí, esos que no tienen organización, esos que se tuvieron que pagar de su bolsillo los pantalones y las medias, esos que no tienen cancha para entrenar, esos que tienen todas esas carencias pero que al mismo tiempo – y sepan disculparme por el término que he de emplear- tienen unos huevos grandes como ciudad universitaria, y van hasta allá y los dejan en ridículo enfrente de su propia facultad.
Aún restaban quince minutos, pero la inyección de adrenalina que produjo ese gol hizo que las dolencias fueran dejadas de lado, y todos siguieran corriendo y metiendo hasta el último minuto. Pero también esa inyección produjo desorden en el fondo, y en un ataque de los psi se produjo un desprendimiento por el lateral izquierdo dejando un hueco que los amarillos aprovecharon en la contra y pusieron el dos uno. Los últimos diez minutos fue más de lo mismo, arquitectura yendo para adelante sin ideas, y psico aguantando con mucho pero mucho huevo en todas las zonas del campo. El árbitro adicionó tres más, y prolongó así la vana ilusión de los de ciudad de poder –aunque sea- conseguir un empate. Pero los blanquigrana dejaron alma y vida en la cancha y en el agua, para llevarse no sólo los tres puntos, sino también la satisfacción de callar a los que hablan de más. El árbitro señaló el centro del campo, y un grito resonó hasta en los rincones más recónditos de ciudad universitaria: “¡¡¡VAMOS PSICO CARAJOOOO!!!”, para que luego todos se fundan nuevamente en ese abrazo fraternal festejando la segunda victoria del representativo de psicología en la historia!


Il Tabellino:

1- Gastón (9) En su debut, el goalkeeper tuvo un gran desempeño. Aunque debería moderar un poco la radio, sirvió para ordenar la defensa. La potencia de su pierna fue fundamental a la hora de salir desde abajo.
2- Menéndez (8) Metió y marcó con todo abajo. Se demoró en algunas, pero dejó todo en cada pelota. Ordenó la defensa y demostró la dureza de la defensa de psico al nueve y –en especial- al siete rival.
3- García (8) Marcó, corrió, metió y pegó. Cuando tuvo alguna oportunidad se animó a jugar con la pelota al piso. A pesar de su lesión, siguió en la cancha combatiendo hasta el último minuto.
4- Nasif (9) Paridazo del turco. Se animó a ir en algunas, pero se destacó fundamentalmente en defensa. Mordió, cortó, pegó, e hizo sentir el rigor de esta durísima defensa a los delanteros rivales.
5- Rodríguez –Porno- (10) Una gran sorpresa. Pensé que no iba a aguantar los ochenta, pero no solo que los aguantó, sino cómo los aguantó. Hasta el último minuto corrió todas, se tiró al piso, trabó, y jugó. Estuvo en todos lados, sinceramente un partidazo.
6- Luchinho (8) Mordió en todos lados, y con el oriental su turnaron para enfermar a los delanteros rivales. Por si fuera poco, en más de una jugada se fue al ataque en busca de sacar la presión del fondo. Eso sí, nos dejó en claro a todos que su faceta actoral no está nada explorada.
7- Freiría (8) Al principio estuvo un poco desordenado, pero luego entro en el rol de lateral por izquierda, para recalar –por ultimo- en la posición de numero tres. Como todos mordió, trabó, y luchó todas y cada una de las pelotas.
8- Banegas (8) Por el lateral fue una máquina de ida y vuelta. El prime gol nace de sus pies, y con su velocidad inquietó muchisimo a los arquitectos. Se rompió el lomo dando una mano en defensa, y luchó todas, hasta que tuvo que cambiar su posición producto del dolor que experimentaba en sus dos piernas.
9- Halfón (9) Se lesionó a los quince y el dolor era evidente, pero sabía que no podía dejar el campo. Metió el primero, y a pesar de todo siguió dando una mano en defensa, y corriendo todas arriba. Cuando entró en el segundo, tuve miedo que la lesión se agrave. Pero él sabía que no podía dejar al equipo con uno menos, y se paró adelante igual. Corrió algunas, pero hizo la GRAN corrida del partido, y en sus pies se gestó el segundo gol de la épica victoria. Tiene un sentido del equipo tan opuesto al que tuviera el otrora compañero de delantera Rafaldi, que después de semejante corrida cedió el balón a Luquitas que estaba mejor perfilado y así se consiguió el segundo gol. Sin dudas un GRAN PARTIDO del Pichichi.
10- Pruiti (10) En este partido demostró que no sólo sabe con la pelota, sino que también sabe meter hasta el ultimo minuto. Un compromiso único con la marca, desde el minuto cero estuvo ayudando en el aspecto defensivo, marcó, se tiró al piso, y corrió más que nunca. Por si fuera poco, ayudó en el aspecto ofensivo como cuando muy generosamente acompañó la corrida de Hernán arrastrando la marca. Para terminar de cerrar un parido brillante nos dejó algunos cañitos dignos de “El firulete” por la mitad de cancha. Chapeaux, mon ami!!
11- Stejfman (8) Un muy buen partido de Luquitas. Siempre dio una mano arriba, la aguantó, la pidió, las corrió todas, y cuando la tuvo en los pies se animó. El segundo gol fue suyo, tras correr cuarenta y cinco metros para auxiliar a su compañero de dupla delantera. Sobre el final tuvo que cubrir la banda derecha debido a la lesión del Marine, y no tuvo problema en tomar responsabilidades defensivas.

Me van a tener que disculpar, pero esta vez no puedo sacarle la FIGURA de la cancha a TODO EL EQUIPO DE PSICOLOGIA. Los destacados fueron TODOS los integrantes del equipo, hasta aquellos que no estuvieron y que son parte de este proyecto.




Señores, estos muchachos están creando una mística; estos muchachos están construyendo un equipo que crece cada día más, un equipo con todas las letras, un equipo de caballeros generosos y solidarios con los compañeros, un equipo de amigos. Alguien dijo por allí, “este partido lo ganó el asado” y reflexionando caí en la cuenta de que es la frase más acertada; esta mística fue creada en los asados, en las charlas en la red, en las charlas post partido, en las salidas post asados, en esos lugares donde los vínculos se fueron afianzando y estrechando hasta formar este EQUIPO DE TITANES, DE 15 TITANES. ¡GRACIAS LEONES!


Como lo vi – GM (un artículo de opinión)

Vi un equipo que llegó temprano, que precalentó, que entendió este partido como una final, y que supo adaptarse a las malas condiciones de la cancha. Estos muchachos me demostraron que cuando no se puede jugar al fútbol, ellos saben poner lo que tienen que poner para ganar. Vi muchísimo sacrificio, mucha marca, mucho cuerpo, mucha vehemencia, muchas ganas de llevarse los tres puntos y darle de tomar por culo a los arquitectos. Once caballeros deslomándose por conseguir un objetivo común, todos pujando por lo mismo, metiendo hasta lo que no hay, corriendo cuando ya el físico dice “basta”, yendo al piso en cada pelota como si fuera la ultima, emocionan hasta al más insensible… y estos señores me emocionaron. Me emocionaron con su grupo, me emocionaron con su entrega, me emocionaron con su mística, me emocionaron con su humildad, y me emocionaron con su solidaridad. Quiero levantar mi copa por ustedes, FIERAS, LEONES, TITANES, GIGANTES, GENIOS, GALACTICOS, GLADIADORES, o simplemente el equipo más unido que vi e integré en muchísimo tiempo!! ¡¡SALUD!!
Abrazo de Gol ! ! !

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